La vida está repleta de fugaces pensamientos sin concretar y de preguntas sin contestar.
Dejemos de suponer.
Las respuestas se encuentran en los abrazos pendientes y en las canciones que llegan antes de la medianoche.
Dejemos de escondernos.
Las dudas y el asombro se disipan cuando nos mostramos tal y como somos. Si todo se aclara bajo la luz del sol, busquemos ser nuestro mejor reflejo y la copia exacta de nuestra sombra.
Así no tendremos nada de qué temer ni de qué escondernos.
Y así dejaremos por fin de suponer.
Fotografía: Alex Espinosa